Origen del Vocablo «mondá»

 

Esta nota, lo último que busca es ser vulgar. No es más que un texto explicativo.


La madrugada del 27 de diciembre mientras atravesaba por un largo insomnio, posiblemente debido a la ansiedad que me producía el juego de vuelta entre América de Cali y Santa Fe, se me ocurrió dejarle saber al mundo el origen (según yo) de ese término que, después de mi nombre o mis apodos, es el que más he escuchado en mi vida: mondá.

Mucho he escuchado (por ejemplo, en un reportaje transmitido por TeleCaribe) y, al parecer, goza de mucha aceptación, que este término se derivó de la expresión francesa "Mon Dieu!" emitida por mujeres del país galo en la época de la colonia, al ver las dimensiones de los genitales de los esclavos negros que les pertenecían, fuera accidentalmente o porque los escogían para copular con ellos, dadas las recomendaciones de algunas de sus coterráneas relacionadas con la fortaleza y el vigor de estos hombres. Permítanme decirles que a ese cuento le falta un pedazo. Es como lo de los casi 1.800 goles de Pelé (que aparecieron 400 más este mes). Lo creemos porque es una historia chévere, jocosa, costumbrista que a todos nos gusta. Si fuese verdad, en otras partes del mundo en las que hubo tráfico de esclavos habría expresiones similares para llamar a este miembro del cuerpo masculino, lo cual habría que sostener con una investigación (que aún no he hecho). Dudo que una expresión con una gran carga de solemnidad virara hacia una con un connotación tan vulgar como lo es hoy día.

El vocablo «mondá» tiene muchísimos sinónimos, entre los cuales encontramos el oficial: «pene», otros relacionados con el tamaño: «pipí», «guazamayeta», y otros con algunas connotaciones más vulgares o agresivas (que prefiero no mencionar), también los hay jocosos: «Carlito el tuerto» o «tirintintín», otros, referentes al uso, como «(la) pelá». Bueno, sobre este último es que seguidamente voy a hablar. En mis años de infancia en mi querido terruño (San Basilio de Palenque), los niños usaban mucho esa expresión para jugar bromas a sus compañeritos. Recuerdo que te decían «¿Es verdad que tú tienes una pelá en Cartagena?» a los cual respondías con un «Sí» rotundo, con la idea de que se refería a una chica y, para hacerte el importante, decías que sí. Entonces los que estaban ahí se burlaban de ti porque una ¡"pelá" es un pene! En algún momento explicaré lo que creo que es el origen del término «pelá» para referirse a una chica.
Por allá por la mitad de la primera década de este siglo, se escuchaba una canción muy popular, llamada «Falta una tabla en la cama», de Cándido Pérez. En ella, un pasaje dice: «Mira cómo me dejó la pelada, bien parada, bien templada». Todos sabemos a qué se refiere, dado el nombre de la canción. Pero no dijo «pelá», sino «pelada». Esto no debería sorprender ni causar desaprobación de esta explicación, pues sabemos que en la costa es normal omitir la parte final de las palabras que terminan en -ada. Por ejemplo, en vez de decir «cansada», decimos «cansá». Así como «cansada» (o «cansá») es un adjetivo derivado del verbo «cansar» o «cansarse», también lo es «pelada» (o «pelá) del verbo «pelar». En general, era frecuente escuchar ese término, entre los infantes o adolescentes, para referirse a los genitales masculinos. Sin embargo, hay que decir que este término cayó en desuso.

Pienso que la relación existente entre nuestro amiguito y el vocablo «pelá» es porque éste se deriva del verbo «pelar», entre cuyas acepciones está: retractar el prepucio para descubrir el glande.

Hablemos del verbo «pelar», el cual, además del significado arriba dado, también quiere decir, al menos en la Costa Caribe colombiana, entre otras cosas, «errar» o «no acertar». Se dice «¡pelaste ese mango que está tan bajito!» para indicar que por muy bajito que está el mango en el árbol, no le acertaste con el trozo de palo que le lanzaste. En este sentido y con el mismo significado, también se usa el verbo «mondar». Expresiones como «se rajó al arquero y después mondó la bola» son comunes. O cuando uno está en el monte cazando palomas y dice «mira, ahí hay una, cuidado la vas a mondar» o «el profesor de matemáticas no monda ni un día» (= viene todos los días). También son sinónimos en el sentido que se muestra en el párrafo anterior. Es decir, la palabra «pelá» que se refiere al falo y que se deriva del verbo «pelar» (=retractar el prepucio para descubrir el glande) es sinónimo de «mondá» que, en efecto, se refiere a los genitales masculinos y se deriva del verbo «mondar». En conclusión, el término «mondá» es un adjetivo sustantivado que se deriva del verbo «mondar» que significa «pelar».
Es de remarcar que el término motivo de este escrito se usa para un sinfín de situaciones en nuestro diario vivir, las cuales no hay necesidad de decir aquí porque, de seguro, ya todos han escuchado muchas de ellas. Es como la palabra más usual en nuestras exclamaciones. Esto causó el desuso de la palabra «pelá», imponiéndose una con más contundencia.



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